Al llegar a la playa las condiciones meteorológicas no eran muy buenas, mucho viento y mar picada que traía olas desordenadas, por no mencionar la suciedad acumulada en el agua durante los últimos días. Sin embargo, y como ya estaba allí, me he decidido a entrar y probar un poco de esta mítica ola y la verdad es que ha sido una sesión divertida. El pico levantaba en torno al metro de altura con bastante fuerza, y en una violenta sacudida te llevaba a la orilla rápidamente, con lo que había que estar atento a la maniobra que se quería realizar (algunos rollos interesantes, un par de intentos de drop y ningún spinner). Eso sí, el agua esta realmente fría, 16ºC, y al salir he tardado media hora en recuperar la sensibilidad en los pies.
Aquí os dejo el vídeo.