En esta entrada no hay fotos propias porque íbamos con el tiempo justo, ya que gracias a tener un "horario europeo", anochece a las 18:30 y así no da tiempo a nada, a no ser que estés de vacaciones o en el paro, y como aún no es mi caso en ninguna de las dos opciones, estamos sin fotos.
Nando y yo decidimos un cambio de orientación y nos fuimos hacia las playas cántabras, esperando poca gente y olas inexplporadas, y eso fue lo que encontramos.
Primero nos dirigimos a la playa de Sonabia, una pequeña playa situada entre dos acantilados. La vista desde el agua es espectacular porque las olas empiezan a romper en las cuevas producidas por años de erosión y retumban en toda la playa. El agua estaba a 17ºC mientras que la temperatura del aire era de aproximadamente 16º. No había viento, pero como la ubicación de la playa es noroeste, y esa era la dirección de las olas, las series entraban con fuerza y con una altura de 2 metros máximo. Había 2 spots, uno para surf y otro para bugi. Este, crea un pico que se levanta haciendo un agujero en la base de la ola y rompiendo a izquierdas. Cuando la ola rota por la izquierda se junta con la de la derecha, se levanta con fuerza y ayuda a realizar trucos vistosos como ARS o simplemente aéreos. Yo me marqué un rollo en salida que fue espectacular (por lo menos para mí). En el agua había 3 tipos que se hacían unas maniobras espectaculares. Tengo que agradecerles la sesión, porque viéndoles aprendí más sobre colocación en la ola y movimiento con el cuerpo.
Después nos dirigimos a Oriñon, una playa abierta pero con un rompeolas en la punta que hace que haya olas solo cuando hay mareton. Sin embargo, rompen de manera ordenada y semicircular.Ya era casi de noche y había que coger las olas por intuición. Se levantaban olas de menos de medio metro y bastante troncheras, aunque para ser el ultimo baño del día, fue hasta gracioso
Conclusión, hay que explorar nuevas playas y olas, nunca sabes lo que te puedes encontrar. (Plagio de Forrest Gump)
