No se puede decir que haya sido una sesión épica, pero si curiosa ya que sobre las 8 de la tarde hemos tenido un aguacero de esos en los que parece que alguien se ha dejado un grifo abierto, acompañado de rayos que caían en los montes de alrededor. Tengo que confesar que la escena era algo dantesca y en ocasiones hasta daba algo de miedo, pero es una experiencia increíble, de esas que se quedan guardadas en la memoria.
Como veis siempre hay que intentar sacar conclusiones positivas y hoy nos ha servido para ir cogiendo forma e ir perfeccionando trucos. El resumen podría ser el de ir recuperando sensaciones.
Aquí tenéis el vídeo para que juzguéis vosotros mismos.