Desde pequeño me ha gustado el mar. Gran parte de culpa de esta pasión la tiene mis padres, que desde pequeño me tuvieron cerca del liquido elemento. Sobre todo, por esos fantásticos veranos pasados en la playa de Bakio. A veces, me vienen a la memoria imágenes de aquellos días y lo que mas recuerdo son las calurosas tardes de Agosto y las enormes olas que llegaban a la playa con bandera roja. Lo del calor del verano, aún lo sigo sintiendo, pero lo de las olas gigantescas, como un abuelo cebolleta, solo puedo decir que cualquier tiempo pasado fue mejor. Claro que todo puede depender del tamaño de cada uno y de como en aquel tiempo era un retaco que hacia túneles en la arena.
Puede que las olas no fuesen tan grandes pero lo que si me ha quedado, es mi gusto por los tronchos, ya que era la única forma de disfrutar del mar en esos días de furia marina. Un troncho, para quién no lo sepa, es el rollo que se forma en la ola cuando rompe contra la orilla y que hace que por una milésima de segundo, te encuentres en estado de ingravidez y tu mundo no pare de dar vueltas.
Algo parecido puede que le pase a Sacha Specker, campeón del mundo de DK en el 2011 y 2012. Al ver este vídeo de las olas de Waimea, me veo a mi haciendo lo mismo cuando era pequeño... y en la actualidad, también.
Waimea Bay from Damien robertson on Vimeo.
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